La cosa comenzó así: Las sanciones comerciales de EEUU a Hawei, y la respuesta de China.

 Aunque pueda parecer exagerada la apelación no hay que olvidar que las dos grandes guerras del siglo pasado comenzaron de la manera más insulsa. Con un foco en los Balcanes en la 1ra GM y como una guerra de broma, en la segunda, que nadie tomó en serio en sus comienzos.

 

TL;DR: la escalada de sanciones comerciales entre EEUU y China plantean una amenaza de escalada a una guerra de mayores dimensiones. Los antecedentes.


Viaje al fin de la noche es una novela que me atrapó desde su título. No tenía mucha idea de su autor ni de sus galones, me la leí de un tirón y después la odié. Sin embargo debo decir que es uno de los comienzos más alucinantes de todos los que leí en mi vida. Uno memorable: «La historia comenzó así» dice Luis Ferdinand Céline en una escena de un café de Paris antes de desencadenar una pesadilla de la que es imposible salir hasta no terminar el libro.
Y cada vez que otra pesadilla va a comenzar me acuerdo de esa novela que relata los horrores de la primer guerra, entre otras cosas. Mucho temo que toda esta historia de la disputa comercial entre Estados Unidos y China tenga el mismo comienzo alegre y de nacionalismo festivo. Pero puede desenvolverse en un resultado nefasto.
Están todos los ingredientes necesarios:
Pasemos revista: 
Por un lado hay odios y enconos alimentados por muchos años de guerra fría entre Rusia --en su versión  URSS-- y Estados Unidos. Agreguemos a esto un resentimiento que no creo haya terminado de sanar entre China y Occidente ya desde las guerras del opio que pusieron a ese gran imperio de rodillas y que lo llevó a las hambrunas repetidas de las que ha terminado de salir hace sólo muy poco tiempo. Aunque alguien me pueda decir que China tiene su propia responsabilidad en ese problema, ese es material de otro post.
Sí tengo claro que el resentimiento hacia occidente existe, al menos en sus clases dirigentes.
Por otra parte está la sorda hostilidad de EEUU hacia China que junto con el resto del eje asiático le ha quitado paulatinamente mercados y lo deja arrinconado ante una caída de su hegemonía. Esta hostilidad está alimentada por muchas generaciones de jóvenes de EEUU que ven evaporarse sus sueños de ascenso social, mientras sus trabajos vuelan hacia otros mercados. Estado de ánimo creo yo que llevó al ascenso al poder de Trump y que sospecho es un sujeto demasiado perturbado que puede arrastrar al país a una guerra.
Aclaro que todo esto lo digo tocando de oído en cuanto a los factores geopolíticos. Pero creo que ahora hay otros factores determinantes en juego. Los que desencadenaron las dos guerras mundiales a saber: Países muy verticalmente estructurados en monarquías que planteaban guerras como quien juega al TEG; y nacionalismos exacerbados tras mucho tiempo de guerrear entre las naciones europeas y por el naciente capitalismo que los llevaba a competir entre ellos. Ese era el escenario de la pre guerra a comienzos de siglo que puede leerse en cualquier manual de historia. Época en donde se dibujó el primer atisbo de globalización en el comercio mundial, escenario en el que nuestro país se enriqueció y se desarrolló de manos de la alianza con Inglaterra. Mucho me temo parecido a la situación que ahora tenemos. En qué sentido; en el sentido de la pugna por los mercados y la amenaza de la hegemonía de USA. En aquel momento la amenaza de la hegemonía era de Alemania hacia Inglaterra. Ahora es EEUU quien reacciona y de la misma manera que en aquel entonces, con un nacionalismo exacerbado y despertando del otro lado un nacionalismo también exacerbado. Ya comienzan a circular las canciones en China para unirse a la guerra comercial. EEUU con Trump está demás decirlo, con su apelación al "América primero".
En síntesis: el escenario de la primera guerra, estuvo en gran medida influido por pugnas económicas de los imperialismos europeos. Bastó una chispa para transformar la paz armada de entonces en una conflagración mundial.
Hoy tenemos una situación muy parecida: la pugna por los mercados, nacionalismos exacerbados, resentimientos de larga data. Un loquito al poder en EEUU dispuesto a jugar muy duro para mantener su hegemonía.
Honestamente, no me da muy buena espina. Sobre todo, porque la pugna de nacionalismos da inicio a una dinámica en la que es imposible retroceder un solo paso porque, precisamente, está en juego el orgullo nacional.
Y desafortunadamente es necesario que alguien retroceda para desmontar la escalada.