TL;DR: Precios sugeridos sería una alternativa a los precios cuidados que permite crear un efecto inercia y anclaje en el valor final del producto y dar una idea clara al consumidor de los costos de fabricación y los sobrecostos de comercialización o inflación.
Hay un fenómeno conocido en biología que es el imprinting que se da en ciertas especies de aves que siguen como su madre a lo primero que se les cruza por delante. La psicología del consumidor ha observado que el precio que las personas consideran apropiado sigue un patrón muy similar a éste, es decir toman cualquier número que aparezca como cercano como un punto de partida para asignar una valoración a un producto. Incluso si el número que se les presentó es la terminación de su carnet de socio a la prepaga.
Este fenómeno se da
de manera inconsciente. Las personas no se percatan de lo que están haciendo
pero lo hacen. Las grandes empresas que tienen departamentos de marketing
conocen el fenómeno y lo usan a su favor. ¿Por qué no iba a usarlo el gobierno?
La idea
Se podría
pedir a los fabricantes que indiquen bien grande y en un lugar visible del
producto, el precio sugerido del mismo, que debe ser igual al que figura en el
código de barras.
En esta simple
medida se está poniendo un ancla al precio ya que si quiere aumentar el valor del precio sugerido se deberá actualizar la etiqueta. Y si el fabricante se
niega a actualizar el precio está anclando su producto a un precio a la baja y
los consumidores se negarán a pagar los aumentos subsiguientes bajando el
consumo o buscando aquellos de la competencia.
Las argumentaciones
del almacenero comercializador o los que intervengan en la cadena de venta
tienen poco o nulo efecto en este fenómeno que es automático o inconsciente.
Ventajas de este sistema
Los precios
sugeridos tienden a anclar la percepción del precio justo al número que aparece
en la etiqueta. Genera un efecto de inercia sobre los precios. Permite que el
consumidor tenga una idea más o menos clara del valor al que el fabricante
espera que salga su producto. Cualquier oferta por debajo o sobreprecio por
encima impactará con mucho efecto en su decisión. Incluso el fabricante puede
tomar como estrategia de venta vender por debajo del precio sugerido.
No es necesario
acordar precios cuidados o esenciales. El fabricante simplemente está obligado,
por ley o decreto o reglamentación, a incluir el precio en cualquier producto
que lleve un código de barras.
Le permite al
consumidor ver cómo ha impactado la comercialización inflación subas etc. En el
precio final que puede o no coincidir con el sugerido. Y eventualmente el
consumidor puede decidir no comprar su producto o sustituirlo si es que
considera que el aumento es abusivo.